Misterios del mayab.
Convivir algunos días con mi familia política en Valladolid me ha sumergido en una "cosa" supersticiosa, y es que tener un crío tan pequeño te hace acreedor a toda clase de consejos, desde los más básicos e incómodos hasta los que rayan en lo absurdo. Que no le saques porque está malo el tiempo, que la limpia para el espanto, que baño de hierbas para el mal de ojo, que ponle una prenda al revés para que no le hagan ojo, ponle un pulsito rojo, no la lleves al cementerio, cámbiate de blusa porque acabas de regresar del cementerio, báñate mejor porque acabas de llegar del cementerio, lávate las manos -el más básico y sensato-, no comas chile, no comas frijoles... ¿sigo? Hoy accedí a que mi suegra me enseñara a pasarle el huevo a los "chiquitos" cuando están molestitos sin razón alguna aparente. Tomas el huevo de patio con la mano derecha y se lo untas desde la cabeza hasta los pies con movimientos cortos y descendentes para sacar el mal por los pies, has de pasar p...