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Mostrando entradas de 2016

El Mar de mi Vida

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Hemos visto la playa por la noche, la brisa más fresca de lo habitual, me hacía sentir la cercanía del invierno, pero en la orilla, dijiste que el agua es tibia en dirección del camino resplandeciente de la luna Gibosa de diciembre. Una visión impresionista de la marea viva, las olas  avanzaban hacia nosotros, danza de sombras son las crestas y la arena húmeda reflejando la amarilla despedida de los días felices mirando el horizonte. Las rocas celosas a contraluz marcaban el inicio, señalaban el final, entre ellas se deshacía el pulso del océano porque el viento acariciaba al mar. Alrededor del grácil paisaje, todo es oscuridad, todo es punto ciego, como la incertidumbre del reloj en tu muñeca, enemigo temible de las tardes dominicales, cuando el sol detrás de mí y delante  tuyo acompaña nuestro regreso. Permanece en la memoria el sabor salado que nos regala el saber a-mar, hemos vuelto de lejanía consumidos,  como la sal, el tabaco y el café retornan a su soledad.

La Ciudad Atrapa Sueños

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“No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. No duerme nadie.” Federico García Lorca En el semáforo, su caminar de barca a tropel sobre el oscuro asfalto De orgullo doblegado por las calles sucias de su piel Un rostro estoico y sin embargo de ello vendrá el mendrugo de pan, La negativa o indiferencia del silencio privado. Pensar el instante que como imagen se ha quedado en estas líneas La  decadencia urbana como símbolo se yergue en un crucero De pensamientos varios… y entre ellos tu mirada de espejo lacustre Que trae el pasado de un  abril que pervive en los sentidos. La ciudad donde nadie sue ñ a, mi urbe y su monstruosidad Donde la vida transcurre como despertar diario Como la pesadilla constante del tiempo impuntual Como refugiarse en los brazos del caos Y las calles arácnidas de la ciudad. Siempre dicen las sombras: el sol sale para todos cada día. Se desprende del ave fina su vuelo de bondad “No duerme nadie por el c

Saber a-mar

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Sumergidos en la bruma El océano se ha robado sus nombres Nadan el anonimato del deseo, Si acaso un pescador los viera No sabría de donde vienen ni a donde irán No intentaría siquiera lanzar su anzuelo Por temor a quitarle la sonrisa al mar. Háblame de ese amor que pernocta Encrespado en tu mirar de peces Hasta que salga el sol en el sur Y el púlpito horizonte  redima La hora más oscura de la noche. Que mi silencio te acompañe En la certidumbre de nuestro sueño Beso salino que escuece las ausencias Quietud y sosiego, brisa marina Que salpica la vida mía tras beber la sal de tu lengua.

Muñeca de barro

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Que la infancia, ese dulce tormento... ¡Han sacado los signos a pasear! (Perros olvidados) ¡Le han roto la patita! bermeja madera (La cornamenta chata) ¡Le han zafado el bracito! barro cocido (Adentro, una cuerda se desgasta) Le preguntan a las caracolas Habla el mar, susurro de ausencias Con su lengua húmeda, serpentina de sal embalsama una herida (que es sonrisa inocente) Y nada en el papel, un pez inmortal Sin boca mira, una niña mutilada se asoma Con voz de oleaje calmo La abrazo en la orilla... Playa vuelo de manoposas, miran con su luz La mañana de paz, café y letras.

La Estrella en el árbol...

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En el mundo oscuro No le está permitido a los árboles cantar En la tierra vacía no germina la luz de una semilla En la vacuidad del cielo  no existe el abrazo de las aves Nula compasión del sol egoísta Que abrasa todo para convertirlo en ceniza. El cobijo de la luna amenaza con irse Quedará el firmamento  sin estrella que ilumine Será la invención de los eternos pies fríos Caminar despacio las constelaciones de luciérnagas. Ni cielo ni tierra es la hoja suspendida Del amordazado cedro que por canto ahora silba, Escribe un lucero enjugando el llanto Y sobre el papel, una fuente rota, derrama la tinta.

En Cancún también Somos Cultura

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Los cancunenses somos un caleidoscopio cultural, coexistimos día a día, conociendo poco o nada la riqueza que el otro puede aportar a nuestra humanidad. El domingo, cancunenses originarios de Guerrero, nos sorprendieron con una estampa del "Baile de los Chinelos" en honor a la inmaculada Concepción, ellos han formado una colonia en la región 102, se dirigieron a la iglesia católica Cristo Rey a depositar sus plegarias y ofrendas. La banda de música ya los esperaba en las afueras del sitio, los danzantes tomaron posiciones y comenzaron a bailar. La danza de los Chinelos se remonta al año de 1807 en el pueblo morelense de Tlayacapan. La versión más difundida sobre su origen hace referencia a las rencillas que existían entre españoles e indígenas por la exclusión de estos últimos en la festividad de Carnaval. En respuesta a este rechazo, los jóvenes indígenas comenzaron a disfrazarse cubriendo su rostro y vistiendo ropa vieja de distintos colores para imitar y hacer

Mar de las rocas.

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Poco a poco me acostumbro a esta muerte Herencia de la distancia entre una ola y otra Es el nocturno música de caracolas Son mis oídos sumergidos en la sombra Que dibuja cada cresta al revolver las arenas De un nombre escrito en su humedad Mar extenso en el silencio. Poco a poco te acostumbras a mi muerte Siempre larga despedida sin promesa Cuna de susurros que descifra el viento A través de lo que no puedes ver ni tocar Porque vive en la ilusión fresca Cuando mi nombre pronuncias en soledad.

La Sombra Florecida del Día

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Acaricio el contorno de tu rostro, me pierdo en el claro marrón de tus ojos nazco de ti, como primavera en la noche canto de pájaros insomnes. Con las palmas toco en silencio el origen de una cordillera tierra tibia, tersa, oleosa en la memoria de la yema de mis dedos humedecidos. Despertar con un susurro del amanecer  ese oscuro aleteo de su nombre avecilla tornasol que liba la vida de la sombra florecida del día.

La Dulce Pobreza Pueril

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Algo tan común como probarse ropa frente al espejo, se puede convertir en un reflejo que nos saca de la cotidiana frivolidad en un santiamén cuando a los ojos pueriles de tu hijo no le agrada como te ves, y te hace la mueca, preguntas la razón de su disgusto por tu vestimenta y sus palabras son bofetadas de realidad. -¿Cómo me veo Fernando? (Me vestí con una blusa bordada por manos chamulas) -No me gusta cómo te ves mamá. -¡¿Por qué?! (Debo confesar que mi pose se arranció) -Porque pareces de esas que no tienen televisión, computadora, aire acondicionado y andan por ahí con sus vestidos de flores, en chanclas, sucias, con la cara rayada en la calle. (Metodología INEGI) -¿Y eso es bueno o malo Fernando? -Pues… no sé… -¿Te gustaría ser como ellas? -No, porque no tienen nada. -A veces no tienen ni para comer Fer, tienen que trabajar desde pequeños vendiendo dulces como la niña de la fotografía, dejar la escuela o peor aún, crecer sin haber pisado un salón de clases porq

Mirada de luna

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Habitarte en un abrir y cerrar de ojos Tú la noche, párpado que beso… Brotas como manantial de sangre en el centro de mi pecho. Tibia sangre que me recorres, sangre que explota en el frenesí de un recuerdo, nuestra sangre en mi vientre, una nueva luz para nuestro mundo, el mundo que somos cuando me abraza tu cuerpo. En esta noche desangrada, el frío aprieta la garganta de la luna, muere el sueño, los ojos se cierran simulando dormir para no soñar, despierto. Adentro te busco, dormido en el lado izquierdo te encuentro, amor.  Caigo en un profundo letargo y la pesadilla tiene el rostro del tiempo. Un perro negro, rabioso ladra a mis horas de sosiego. Se ha instalado un frío que amenaza a mis pies cada vez que te ausentas, me ha sorprendido el alba pero no importa porque oscura es la mirada que penetro, y en la eternidad de su reflejo la noche siempre tiene los ojos abiertos.

Mirada introspectiva

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Hablas de la vejez como si fuera la arena del desierto. (Un hombre sediento) Adentro, arena húmeda, manantial donde rompen las olas en la orilla de una playa. (Un mundo la navega en la tormenta) Después sólo queda la espuma sobre  ella y su reflejo es la mirada introspectiva de un abuelo.

La Letra Niña

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Congreso del Estado de Chetumal, Quintana Roo. Septiembre, 2016.

Estampas Urbanas

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Chetumal, Quintana Roo. Agosto, 2016.  

El Ser

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La Jícara Celeste

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Crescentia cujete Del hermoso verde de su voluptuosa lozanía pendían las gotas de lo que fuera una lluvia, la esencia de la vida que fertilizará la tierra… En el Popol vuh, libro sagrado de los mayas Quiché de Guatemala, se cuenta que Ixquic, la hija de Cuchumaquic, uno de los señores de Xibalbá, movida por la curiosidad de conocer el árbol de jícara en el que se convirtió el dios Hun Hunahpú, acude y dialoga con la cabeza que pendía del árbol, esta baña de saliva la palma de la mano de la doncella y es así como concibe a los gemelos legendarios Hunahpú e Ixbalanqué. Cuando su padre se entera, los señores de Xibalbá deciden que debe morir por el agravio cometido al honor de su familia. Mandan a llamar a los tecolotes quienes la llevan con la consigna de traer su corazón en una jícara. La doncella pide clemencia a los tecolotes y estos acceden a dejarla con vida poniendo en la jícara una resina colorada que entregan a los señores, creyendo estos, que la sentencia fue ejecut

Museo del Faro

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Chetumal, Quintana Roo Agosto, 2016. Primer faro de Chetumal. Resulta grato y esperanzador encontrar lugares como este, donde podemos conocer parte de nuestra historia para fortalecer nuestra identidad de Estado joven. El museo del faro es un sitio de escasas dimensiones, el trato es amable, las instalaciones se encuentran en buenas condiciones con excelente ambientación. El guion museográfico  contiene suficiente información para cumplir las expectativas de los visitantes. Quien asista podrá encontrar tres actividades interactivas, la primera es un juego de luces que van exponiendo las partes que conforman la estructura del faro en miniatura, la segunda se encuentra en una sala donde puedes manejar un barco de manera virtual, en la tercera conocerás en tabletas la situación geográfica de los faros del Estado con sus respectivas imágenes actualizadas. En la sala final, cual cereza del pastel hallarás una pantalla donde se muestran bellas imágenes de los faros de

PIEDRA DE RÍO

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Dices que has ido y regresado muchas veces, aquí en el caudal del río alguien te sigue esperando. ¿En qué riachuelos lisonjeros te has detenido a mojar tus pies? ¿En qué remansos has recogido piedras para traerlas a tu hogar? ¿En qué brazos dejaste tus suspiros al bañarte en el reflejo de una mirada cristalina? Deja niña que la roca sumergida guarde silencio, que los riachuelos sigan cantando su ópera de hojarasca. Navega tu ruidoso río de peces multicolores del verano, que es calor y vida cuando sonríes de lado.

Una noche de estas

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Es de noche, noche moza y la luna con su sonrisa iluminada incita a asomarse por la ventana que ella ha dejado abierta, fustigado por la absurda cotidianeidad doméstica, se levanta con lentitud de la cama para que ella no se despierte, se acicala antes de salir en busca de algo que le dé sentido a su existencia.  La brisa pegajosa de los andurriales trae un olor conocido y excitante. Alguien ha mostrado cierto interés al verse reflejada en sus ojos claros, después de un juego de resistencia sucumben ante sus instintos en un ambiente bermejo. Es tarde y debe regresar a casa, se acicala de nuevo pero aún no decide si volver o tomarse unos días más, eso es algo que decidirá en la última callejuela donde siempre le ladran los malditos perros del vecino. Aún y con todo el escándalo, ha podido recostarse nuevamente a lado de ella cayendo en sueño, ha sido una noche cansada. Por la mañana el desayuno ya estaba servido, ella tomaba café en el sofá y leía poesía, la miró en su exquis

PRÓLOGO: Homenaje a una estrella de mar

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El Cronopio escribe un prólogo para "Los Signos en Rotación" de Octavio Paz, obra publicada en Argentina en 1965 y que dos años más tarde sería publicada como epílogo en la segunda edición de "El Arco y la Lira". Les comparto mis fragmentos favoritos. “Abandonada por una ola en pleno mediodía, cuando cada grano de arena se enfurece y brilla con todas sus facetas, la estrella de mar propone una síntesis de la naturaleza que el ojo distraído recorre a lo largo de las dunas y del horizonte cabalgado por la interminable tropilla de la espuma. Sumido en ese movimiento incesante, en ese derroche de espacio y color, todo aquél cuya inteligencia busca las claves se detendrá maravillado ante esa forma perfecta que resuelve y domina el gran desorden de las cosas y las imágenes. Hablo de maravillarse, porque frente a esa coagulación de lo múltiple en unidad, la mirada presiente ya el nuevo punto de partida que insinúa esa húmeda brújula en la que cada punta marca

Sombra Iluminada

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Digo sí, al café que tarda en ofrecerse. La prensa leída, un par de buenas noticias y esta pereza de escribir lo que he pasado todo un día pensando con la música de un piano comprensivo y la mirada perdida en el recuerdo de la hoja suspendida. Ella observa mi caminata mientras contemplo mi mundo minúsculo, nosotros, para sobrevivir, hemos de mimetizarnos con nuestro entorno, algo muy parecido hacen ellos, la chinche marrón con patas de hoja caduca en un árbol, los zompopos acarreando trocitos de vegetación muerta, las alocadas hormigas negras que sólo hacen cosquillitas; la chachalaca que persigue a un ave que asustada ha chocado con una roca y se ha vuelto a poner de pie para huir, el murciélago que duerme en el techo huano de una palapa. Le miro grácil y tostada, entre los árboles coposos que a duras penas dejan pasar los rayos de sol y el suelo rocoso con el humus que hiede la muerte de sus compañeras; pequeña e inmóvil, embellece todo cuanto existe a su alrededor. Una hoja

Luna Cuna

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La Fuente del Pescador.

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Chetumal, Quintana Roo. Febrero, 2016. Chetumal es la capital del Estado de Quintana Roo aquí en México y zona fronteriza con el país vecino de Belice, es una ciudad que mira hacia su bahía, lugar donde se han tejido otrora historias que parecen brotar de sus aguas al despuntar el alba. A lo largo del bulevar, por las mañanas hallamos personas ejercitándose pero también es el momento en el cual la bahía es fuente de alimentación y sustento económico de las familias de pescadores, en las tardes también los podemos ver impulsando su tarraya para atrapar algunos peces. Al hundirse el sol entre la selva, la brisa refresca la noche, ahí mismo se dan cita las familias, los amigos, los turistas, el observador solitario y la pareja de enamorados. Tras la alborada, acostumbro caminar la serpenteante columna que separa el mar del litoral, ya sea  para relajarme admirando el paisaje o tomar algunas fotografías, mi pasatiempo favorito. Aquél día divisé una barca de pescadores que re

Color y Vuelo

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Playa del Cármen, Quintana Roo. Julio, 2016.

Historias de vida...

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A-mar en-sueño

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La infancia del mar es apenas el deseo se asoma por la orilla de mis labios. Rujo en la cresta más alta de las olas, eco del cuerpo abandono y compasión. Hoy como ayer mis manos te navegan, las tuyas en las dunas se acunan temerosas del reloj de arena...

Duermevuelo

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Ausencia

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He vuelto de sopetón a los lugares comunes de los jueves por la noche, el par de tenis que cuelgan del cable, el guiño del farol, los motores y ese olor a gasolina quemada; el ladrido de perros que al verme mueven la cola en lugar de enseñarme los dientes. En vano quise llamar al mundo por su nombre, no hace falta, lo suda todos los días bajo el sol abrasador el jardinero de origen maya, la bordadora de textiles chiapaneca, el par de jovencitas en el semáforo que semejan una tragicomedia griega, el niño que ha dejado de saborear las golosinas porque debe venderlas, la voceadora y la gran mentira que es leer realidades en la prensa, manchar de negro las manos y llevarlas a la consciencia. Ando, ese camino de andares que danzan una tregua en medio del paraíso, yo y mi anonimato, sí, yo primero, de labor callada, voz ahogada en el silencio.

SIN NOMBRE

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"Las cosas se mueren para que vivan los nombres." Octavio Paz                                Háblame sin palabras de tu silencio, de lo que callas cuando escribes... Ese abismo donde no alcanza el lenguaje a mostrarme el mundo del que naces, reconcilio ese conocimiento vacío, y en la orfandad de significado, eres más real cuando no lo dices.