Mirada de luna
Habitarte en un abrir y cerrar de ojos
Tú la noche, párpado que beso…
Brotas como manantial de sangre en el centro de mi pecho.
Tibia sangre que me recorres, sangre que explota en el frenesí de un recuerdo,
nuestra sangre en mi vientre, una nueva luz para nuestro mundo, el mundo que
somos cuando me abraza tu cuerpo.
En esta noche desangrada, el frío aprieta la garganta de la
luna, muere el sueño, los ojos se cierran simulando dormir para no soñar,
despierto. Adentro te busco, dormido en el lado izquierdo te encuentro, amor.
Caigo en un profundo letargo y la pesadilla tiene el rostro del tiempo. Un
perro negro, rabioso ladra a mis horas de sosiego. Se ha instalado un frío que
amenaza a mis pies cada vez que te ausentas, me ha sorprendido el alba pero no
importa porque oscura es la mirada que penetro, y en la eternidad de su reflejo
la noche siempre tiene los ojos abiertos.
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