La Fuente del Pescador.

Chetumal, Quintana Roo.

Febrero, 2016.


Chetumal es la capital del Estado de Quintana Roo aquí en México y zona fronteriza con el país vecino de Belice, es una ciudad que mira hacia su bahía, lugar donde se han tejido otrora historias que parecen brotar de sus aguas al despuntar el alba. A lo largo del bulevar, por las mañanas hallamos personas ejercitándose pero también es el momento en el cual la bahía es fuente de alimentación y sustento económico de las familias de pescadores, en las tardes también los podemos ver impulsando su tarraya para atrapar algunos peces. Al hundirse el sol entre la selva, la brisa refresca la noche, ahí mismo se dan cita las familias, los amigos, los turistas, el observador solitario y la pareja de enamorados.

Tras la alborada, acostumbro caminar la serpenteante columna que separa el mar del litoral, ya sea  para relajarme admirando el paisaje o tomar algunas fotografías, mi pasatiempo favorito. Aquél día divisé una barca de pescadores que regresaba de su jornada, me di a la tarea de localizar el lugar donde desembarcaría, entonces apresuré los pasos y vi un grupo de personas a la orilla de la playa, en un claro donde la vegetación no impedía el acceso al mar, me acerqué y charle con ellos, mientras esperaban a sus compañeros, todos eran migrantes, provenían de los Estados de Chiapas, Veracruz y Tabasco, platicaban sobre cómo cocinarían algunos productos del mar y sobre los sobrantes de caldo de pescado del día anterior, bromeaban y reían. Aproveché para preguntar si la pesca era únicamente para autoconsumo y me dijeron que en parte serviría para ello y lo demás lo irían a vender a algún puesto del mercado municipal, insistí preguntando si ellos vendían al ciudadano que se acercara a comprarles en el mismo sitio, justo donde atracaron, a lo que respondieron afirmativamente. Cuando la barca de sus compañeros comenzó a acercarse, pedí permiso para tomar algunas fotografías, ellos accedieron muy contentos, incluso en tono de guasa me preguntaron si yo era periodista del De a Peso (lagarto, lagarto, lagarto el de la bahía) a lo que respondí negativamente con una sonrisa, simplemente dije que era alguien que les visitaba para conocer de cerca su trabajo. Comenzaron a motivar al pescador que llegaba en su lancha a que posara para la fotografía y les dije que no era necesario, que la idea era captarlos en su qué hacer cotidiano, se relajaron y las imágenes fluyeron una tras otra. Al concluir les comenté que debía continuar mi camino, así que les di las gracias y les deseé un excelente día.

Las poblaciones establecidas a lo largo del litoral de Quintana Roo y alrededor de ríos y lagunas desarrollaron la pesca como parte de sus actividades de subsistencia. La pesca en el Estado se concentra en cuatro áreas geográficas: litoral del Golfo de México, litoral Caribe Norte, litoral Caribe Centro y litoral Caribe Sur; a este último pertenece la bahía de Chetumal, en donde existe un monumento dentro del mar y lleva por nombre “La Fuente del Pescador”, título también de esta serie formada por cinco fotografías. La primera es un paisaje donde se observa en primer plano unos trasplantes de mangle, los cuales se reflejan en la tranquilidad del mar. Los trasplantes son un proyecto de reforestación, generado a partir del impacto al ecosistema que ha provocado la deforestación por el cambio climático, los huracanes y la mano del hombre, los retoños resplandecen en su verdor con la luz solar. En segundo plano y al centro vemos una serie de rocas sobre las cuales hay algunas aves y  a la derecha en el fondo encontramos en el horizonte la lancha de pescadores que regresan de su faena laboral.

La segunda imagen corresponde en su primer plano a un pescador acomodando los pescados, la luz de la mañana que se cuela por las ramas nos revela un contorno de sombras e ilumina los frutos del mar, al fondo la lancha con los pescadores está  por atracar.

La tercera fotografía es una imagen del momento en el cual la barca atraca, uno de los pescadores ayuda a su compañero agarrando la lancha mientras el otro baja la pesca, a un lado, otro observa la maniobra.

La cuarta imagen expone al pescador en primer plano, quien trae en ambas manos los pescados que dispondrá donde se encuentran todos los demás y detrás suyo la lancha atracada.

La quinta fotografía muestra a uno de los pescadores descamando los pescados, una parte será reservada para autoconsumo del grupo y el resto será vendido en algún mercado o al marchante transeúnte.

La sexta y última imagen presenta a tres pescadores después de concluir con su actividad del día, se encuentran platicando y descansando antes de poner en resguardo sus medios de trabajo.

Con esta serie fotográfica, reconozco a la gente que día a día, con los medios a su alcance y dignidad, construye un mejor porvenir para sí, para los suyos y engrandece con ello a un Estado joven.



























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