La Dulce Pobreza Pueril

Algo tan común como probarse ropa frente al espejo, se puede convertir en un reflejo que nos saca de la cotidiana frivolidad en un santiamén cuando a los ojos pueriles de tu hijo no le agrada como te ves, y te hace la mueca, preguntas la razón de su disgusto por tu vestimenta y sus palabras son bofetadas de realidad.
-¿Cómo me veo Fernando? (Me vestí con una blusa bordada por manos chamulas)
-No me gusta cómo te ves mamá.
-¡¿Por qué?! (Debo confesar que mi pose se arranció)
-Porque pareces de esas que no tienen televisión, computadora, aire acondicionado y andan por ahí con sus vestidos de flores, en chanclas, sucias, con la cara rayada en la calle. (Metodología INEGI)
-¿Y eso es bueno o malo Fernando?
-Pues… no sé…
-¿Te gustaría ser como ellas?
-No, porque no tienen nada.
-A veces no tienen ni para comer Fer, tienen que trabajar desde pequeños vendiendo dulces como la niña de la fotografía, dejar la escuela o peor aún, crecer sin haber pisado un salón de clases porque ellos están más preocupados por lo que comerán al día siguiente.
-Y si venden dulces por qué no se los comen y ya ¿Quién les da los dulces, pues no que no tienen dinero?
-Siéntate, te voy a explicar. Haz de cuenta que vives en tu comunidad pero que no hay trabajo, la tierra da cada vez da menos, no hay dinero y llega una persona que tiene el dinero y te dice que te lleva a una ciudad donde vas a tener casa, comida y trabajo ¿Te vas? (Fernando asiente con la cabeza) Luego les entregan lo que venderán, los dulces no son de ellos, entonces salen a vender a las calles, a veces les compran otras no, alguna buena persona les pregunta si ya comieron y les convida de lo que come o les compra algo pero no es siempre, otras los mal miran, les parecen molestos, es difícil no tener las mismas oportunidades que tú sí tienes.
-Las he visto hasta en Valladolid mamá y aquí en Cancún… la niña esta dónde está.
-En Chetumal.
-¡Están por todos lados!
-Así es, mi pequeño saltamonte, eso se llama pobreza, desigualdad, marginación, discriminación, indiferencia, desamor, inhumanidad y la lista es larga.
-Mamá ¿Le podemos comprar un chicle a la niña de la foto?
-Sí, Fernando. (Con un nudo en la garganta)
-¿Ahora podemos jugar a inventar cuentos y aplicarnos examen?

-Juguemos, juguemos…


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