Mar de las rocas.




Poco a poco me acostumbro a esta muerte
Herencia de la distancia entre una ola y otra
Es el nocturno música de caracolas
Son mis oídos sumergidos en la sombra
Que dibuja cada cresta al revolver las arenas
De un nombre escrito en su humedad
Mar extenso en el silencio.

Poco a poco te acostumbras a mi muerte
Siempre larga despedida sin promesa
Cuna de susurros que descifra el viento
A través de lo que no puedes ver ni tocar
Porque vive en la ilusión fresca

Cuando mi nombre pronuncias en soledad.

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