Saber a-mar
Sumergidos en la bruma
El océano se ha robado sus nombres
Nadan el anonimato del deseo,
Si acaso un pescador los viera
No sabría de donde vienen ni a donde irán
No intentaría siquiera lanzar su anzuelo
Por temor a quitarle la sonrisa al mar.
Háblame de ese amor que pernocta
Encrespado en tu mirar de peces
Hasta que salga el sol en el sur
Y el púlpito horizonte redima
La hora más oscura de la noche.
Que mi silencio te acompañe
En la certidumbre de nuestro sueño
Beso salino que escuece las ausencias
Quietud y sosiego, brisa marina
Que salpica la vida mía
tras beber la sal de tu lengua.
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