El valor real de las cosas







Llegó hasta mis oídos platicando con Doña Sofía Dzul Escamilla (mi suegra), misma que escuchó de labios de Manuela  -la persona que le ayuda con los trajines de su cocina- decir que Litos, el encargado de "chapear" el terreno de Tixhualactún guarda celosamente una carabina que fue usada por su abuelo Don Tiburcio Arellano durante la guerra de castas, dice que no se la muestra a nadie y que mucho menos la vende. Puedo entender sus razones, lo mismo hago con mis reliquias prehispánicas de uso cotidiano (malacates, hachas, cuchillos, tiestos de vasijas... uno que otro hueso, jeje) que me han regalado informantes y amigos, y que Yo misma he sacado de "mules" en completa destrucción, no me autonombro una sauqeadora aunque mis familiares y amigos a manera de guasa me lo recuerdan, un par de veces les hice partícipes de esos actos, ¡Oh, error!

Se nos ha metido en la cabeza hablar con Litos, que nos cuente lo que su abuelo le platicaba de la guerra de castas, con la esperanza de que acceda por lo menos a mostrárnosla, sopesarla, tocarla (cosa que no puedes hacer en los museos) y ya entrados en confianza pues tomarle unas fotos.

Mi preocupación se acrecentó porque en Valladolid hay una campaña de desarme del ejército, abajo del palacio municipal llevas tu arma y te la canjean por electrodomésticos y hasta bicicletas. Precisamente hoy en la mañana le comenté a mi esposo que espero que a Litos no se le ocurra llevarla a canjear... Jaime sólo me comentó que quizá no le den nada porque son armas ya descontinuadas, pero no deja de ser arma con un valor que va más allá de lo nominal.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL WAAJIKOOL: UN RITUAL AGRÍCOLA EN K’ANTEMO’

La Jícara Celeste

Sisal, el puerto y otras anécdotas