Acaso
Las palabras desesperadas de un poeta
Declamación y castigo
El frío tarde
Un parque
Esta vez miríadas de infantes
Con el rostro vomitivo del adulto
La ausencia testigo
Insomne diurno
Sobre ellos un cielo plateado
Nitrato y marco
Dejo que la inercia de este amor desemboque
En el trémulo resplandor
Vida mía
Es invierno y en la cálida
Península de tus brazos
Hoy muero.
Una pequeña recolectora
De frutos verdes
Es la infancia quien mira el rojo
Fin último
Descanso de sombra
Simiente remanso
Nada
Un mundo sueña
Que el mar es la llave
Del enamorado que observa.
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