A Octavio Paz




Mirar a través de su verdeazul
Caleidoscopio de miradas varias
Que rotan transmutadas en palabras
Heridas de pasado.

Al niño que historia el prístino comienzo
Le escribo desde mi pulso de madre tierra
Hijo del sol, extensión del rayo
Hilo de Ariadna en espiral.

La orfandad llegó a mí
El tiempo se detuvo en el laberinto
Una tarde de abril
Como Fénix dormía la lumbre

Hoy muero de sus letras
Hombre metáfora, visión
A él recurro cuando hay tregua
“Estrella de mar, rosa de los vientos”
Llama eterna que susurra el signo

En mi deseo redimido de poeta.

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