Mal despertar

Estaba en un lugar desconocido, atardecía en la playa y buscaba desesperadamente un restaurante para comer, dijeron que el que había elegido estaba lleno y con gente esperando fuera; así que subí una duna de arena blanca y debajo se veía un restaurante de arquitectura colonial y claramente vi como un niño travieso bajaba montado en el barandal de la escalera, perdió el control y cayó al piso desde una altura considerable como para romperse el brazo, la pierna y dislocarse la mandíbula, ninguna relación tenía con ese niño... bajé corriendo las escaleras a tiempo que buscaba a mi hija que también había caído de esas mismas escaleras, afortunadamente no sufrió gran daño, yo le consolaba porque según una paramédico le había dicho que por la caída no iba a poder tener hijos cuando fuese grande, yo le decía que no tenía sentido lo que decían los paramédicos que para dar ese tipo de diagnóstico tenían que realizarle pruebas especializadas por médicos especialistas. Lo que detonó el llanto es el recuerdo del niño asustado que lloraba porque su hermano estaba mal después de la caída y lo que recrudeció el momento fue cuando el sueño cambio como una fotografía y era yo quien se encontraba en esa plancha fría de nuevo practicándome esos estudios tan dolorosos que se practican cuando uno está buscando tener hijos sin lograrlo por un tiempo prolongado.

Esto del embarazo me está dejando sin sueño y con pesadillas recurrentes, una niña que cae de un segundo piso o una niña que cae por las escaleras; primero era mi hermana y ayer fue mi hija -una hija que está por nacer-, el caso es que ayer me desperté llorando, un llanto inconsolable;  no estaba ni Fer, ni Jaime mi esposo en la recámara de arriba, no había a quien asirse. Así que traté inútilmente de tranquilizarme hasta que bajando las escaleras vi a mi esposo sentado frente a la maldita computadora y le conté... antes de que yo pudiera terminar de contar rompí en llanto, lamentándome por el mal sueño que tuve, afanosamente me consoló, me llevó a la recámara y me ayudó a recostarme para seguirme escuchando acostado a mi lado, después vino la calma.

Lo que sí me ha quedado claro es que la llegada de un nuevo miembro a la familia me tiene ansiosa y con miedo, quizá por la experiencia tan traumática con Fer y los accidentes tan aparatosos que sufre a causa de su carácter intrépido. Si tengo miedo porque no sé lo que me aguarda...


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