El último y nos olvidamos...
Como te extraño,
cuanto te extraño,
te sigo hablando con los pensamientos,
con los sueños, con las letras
de una voz ahogada en una almohada menguante
de luna, de sol, de estrellas
que recuerdan esta amargura de café,
tus ojos pequeños, como de gato azuzado
por tus ansiedades,
no así tu risa
tus manos, tu humedad lamiendo
los pliegues de una cama que no me embona.
Como extraño la esperanza de verte,
Cuanto extraño no leerte a escondidas,
Ya te he abandonado en un cuento, novela
y sigo encontrándote en estos versos secuestrados
por tus labios, tu lengua de ofidio
precisa como la idea de perderte en un tiempo
impuntual, desgarrado en mis pupilas.
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