I


 
Eres mujer Tierra,

Olorosa a humedales

En tus entrañas corren ríos de vitalidad

De ideas y milenarias revoluciones.

Eres tierna con tu velo de rocío taciturno

Y es tu vientre turgente al primer brote

Continuidad del cosmos

Son tus formas caprichosas al atardecer

Desquicio de los amorosos incansables

En la noche aterciopelada

De llanto y muerte

Son los despojos al buen amante

Perpetrados por niños tristes

Niños maltratados

Tus oquedades sagradas, oscuras, tibias,

De aguas inmaculadas

Reciben a estos tus hijos, ciegos desmedidos

Regeneración y caos

Arden los relieves pedregosos

Y te das, dulce miel

Corazón de sandía.

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