Feria del Libro

Hoy escribo con especial alegría por dos motivos muy importantes para mi. El primero para confesar, si vale decirlo así, que le miré, le hablé y le abracé después de mucho tiempo, ignoro si han sido años, meses... cuanto tiempo da lo mismo, entablé una plática amistosa que me dejó con buen humor y sabor de boca hasta que me topé con los malos recuerdos.

El segundo motivo es que por primera vez se realizará una feria del libro en este Cancún que se va configurando como algo más que un lugar de chanclas y bermudas, spring break de recuerdos maliciosos; playa y topless. Aunque parezca increible aún en esta jungla se puede sobrevivir (ya no hablo de adaptación o estrategias de resistencia, me decanto por un concepto básico) o "tirar la toalla" como apuntaba una nota periodística de inicio de año en la cual exponían una cifra duplicada de 12 suicidios en el mes de enero, seis más que el año pasado en el mismo mes.

Pues si, la noticia me congratula. Recuerdo que hacia 1988 nuestra librería era un almacén llamado por aquél entonces La Bodega del Teniente situado enfrente de la actual fuente mejor conocida como "el ceviche", ahora se encuentra Chedraui; bueno, había una sección con un anaquel de tres niveles con revistas del corazón, mapas, guías turísticas y uno que otro título sobre cultura maya. Lo recuerdo a la perfección porque fue allí donde me compraron mis dos primeros libros, ganancia de una rencilla entre mis padres. Uno de ellos me sirvió hasta en la universidad y del otro mejor ni hablamos, pero los conservo porque poseen harto valor sentimental.

Otro lugar que se le parecía un poco a una librería era una tienda sobre la avenida Tulum de nombre Fama, poseía cuatro anaqueles largos con títulos seleccionados sobre política, arqueología, superación personal, mapas y guías turísticas, del otro lado vendían ropa para la playa.

Las demás librerías eran más bien papelerías que en épocas de inicio de clases fungían como librerías de libros de textos, valga la redundancia.

Con el tiempo abrió la librería del CONACULTA en Plazarte, Porrúa en Paseos Cancún (ahora se encuentra a lado de la tienda Optima), Gandhi en Malecón Las Américas, Dante en la Gran Plaza, Salvador Dalí en Plaza las Américas, Trillas en la Super Manzana 28 e Iztaccihuatl enfrente del Pabellón Caribe. ¿Debo mencionar las librerías cristianas y de new age? Por intuitivas razones amable lector pasaré de largo.

Nuestra incipiente biblioteca Enrique Barocio Marin pronto abrirá sus puertas con un aire renovado -espero, en realidad lo deseo- pues la última vez que fui a consultar la Enciclopedia de Quintana Roo salgo casi despavorida por el insoportable calor que sufrí estoica en aras de recuperar unas fuentes para replantear un anteproyecto. El mal estado del mobiliario y de la sección de niños que lejos de acercarlos a la lectura sólo irían a ver tristezas; sin actividades de fines de semana, ni de mes. Espero, en realidad lo deseo, que la mejora no sea únicamente de la estructura del edificio y del mobiliario sino también en el acervo bibliográfico y la participación social.

La biblioteca de La Casa de la Cultura es pequeña pero la selección de títulos es buena, me he encontrado con muy buenos libros que parecen como nuevos, que nadie los ha tocado nunca, con ese olor característico a papel viejo de libro nuevo,  de orillas amarillas claras y centro casi blanquecino, con la pasta intacta, de lomo liso y orillas sin dobleces.

La biblioteca del COBACH (en mis tiempos sólo había un colegio de esos, ahora hay cuatro), las de las universidades, aquí me detengo porque a la única biblioteca universitaria a la que he asistido aquí en Cancún ha sido a la de la Unicaribe que comenzó siendo muy pequeña para ser de ese nivel y me ha dado gusto que al cabo de seis años hoy sea lo que es, una biblioteca digna de una universidad, el acervo se ha incrementado notablemente y las instalaciones y servicios son excelentes.

Hasta aquí mi crónica por el momento, ya les contaré cómo fluyó esta primera feria del libro en Cancún, aún no lo puedo creer.