LLUEVO




Un cielo molesto gruñe lo que anhela
aquí la lluvia no llueve
es la tarde más soleada de todas
y entre los nimbos retumba el eco del trueno
apenas es luciérnaga la luz del relámpago
las aves vuelan y sus trinos son pesares
levedades que se arremolinan en el reflejo
de tus ojos milenarios gran roble.

Destino cada fuerza de mis días a encontrarte
en la brisa matutina, en el cantar metálico y las pesadillas
más valdría hundir los deseos en una almohada
impregnada del musgo de los recuerdos tersos
como el andar húmedo de la lengua
y los dedos que trepen tu corteza.

Sin veces huye la sombra a mi desvelo
esa tonta nocturna que me abandona
huérfana de todo y todos me he quedado
sin puño, sin tu mirada de abismo luminoso
y es en este día, en esta hora de pesadumbre
minutos y segundos de latidos descompuestos
como cuando al reloj se le acaba la batería
el momento en el que la semilla germina
porque lo que la lluvia no llueve, lluevo.

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