Despedida

 


Los corazones rotos sufren en silencio

Mientras la memoria cómplice

Escudriña hasta el último recuerdo

De un amor loco, arte y poema

Un beso la noche como llama eterna.

 

Dormida como flor sobre tu hombro

Un baile, invierno, Vivaldi y la lluvia

Tus dedos recorriendo mi rostro

Te diría que no cambié mi historia

Ahora que la miseria conozco.

 

Lo que no fue dicho reclama

Un giro enorme que dio la vida

El corazón que nunca rompiste

Hoy lo rompes con tu partida.

 

Descansa en paz, Nenuco.

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL WAAJIKOOL: UN RITUAL AGRÍCOLA EN K’ANTEMO’

La Jícara Celeste

Sisal, el puerto y otras anécdotas