Ciclo Sagrado





He bebido tanto verde caminando los senderos de mis pensamientos más profundos, cada paso es gota que cae de una lluvia purificante; y el tropiezo es mínimo cuando admiro los ojos de sol, esos ojos que me ven  a través de una cortina de cielo.

Es la roca en su orden, el viento que con sus manos de fresca ternura, me peina para que vislumbre la claridad revelándose al final de mi camino.

No es fácil ser raíz y barro a la vez, de rodillas ante el gran árbol primigenio, le pedí su azul destello, se coló entre las ramas una serpiente de luz que cegó toda sombra a mi alrededor.  

-¡Un dos tres por mí y por todos mis compañeros!

(Escucho el eco de una niña en mi interior).

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