Hierofanía




La brisa de otoño nunca fue tan cálida.
Al abrigo de tus brazos
Se ha hecho lento el tiempo mítico.
 Las ofrendas se han diluido en tus fluidos,
Inundando las noches si te pienso
Y  mi sombra, te observa por tu ventana
Lamiendo el vaho de su respiración,
Polvo  reflejo de su memoria.

He de aprender de la paciencia
De esa vieja que teje mil historias
Que se mece entre el sopor y los recuerdos
Hilando nuestras ausencias,
Zurciendo las heridas
Que se descosen  al primer rayo de sol.

Tras de sí, acontece que no te tengo
Y mi cabeza muevo y no te hallo
Los ojos miran al cielo, los relieves de cada nube
Sonrío pero no estás y no estarás
Cuando la puerta de la casa se abra
Y vaya al librero a buscarte letra por letra
Ni cuando geste los sueños en la almohada.

Está por amanecer y es ella quien vela tu sueño
A la luz de una luna menguante
Embarrada de sal, en la boca
Entre las piernas luciendo su negritud,
Hosca figura de libertad,
 Es mi sombra mutilada de medio día
Aguarda el ocaso, muerte sueño
Acudiendo con cada pensamiento
Al ritual de tu encuentro.

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