Miradas Nómadas

He bebido tanto verde caminando los senderos de mis pensamientos más profundos, cada paso es gota que cae de una lluvia purificante; y el tropiezo es mínimo cuando admiro los ojos de sol, esos ojos que me ven   a través de una cortina de cielo. Es la roca en su orden, el viento que con sus manos de fresca ternura, me peina para que vislumbre la claridad revelándose al final de mi camino. No es fácil ser raíz y barro a la vez, de rodillas ante el gran árbol primigenio, le pedí su azul destello, se coló entre las ramas una serpiente de luz que cegó toda sombra a mi alrededor.   -¡Un dos tres por mí y por todos mis compañeros! (Escucho el eco de una niña en mi interior).

Por Siempre Cancún… El astro rey. Camino la parte más alta de una isla, descalzos nuestros pies acuden al llamado de sus raíces, un suelo ancestral que alimenta nuestras plantas, la andanza bebe lo ilimitado de sus pasos. Visión Serpiente de Agua. Es amor, es odio que se disipa como la espuma de mar sobre la arena de la playa, un mar de memorias que emerge de las profundidades abisales del alma. En el frío mar de invierno, un llanto de dioses se desata, tormenta que escuece los ojos; bálsamo para el corazón roto. El mar feliz porque los niños juegan su inocencia en la humedad de su sonrisa, el abrazo rudo de la ola y la eterna pesca pesca en la orilla. Hoy me descubro enamorada, Como la mariposa nocturna a la luz Desesperada trato de imprimir en la mirada El intenso azul maya del mar de Cancún. De la Botica del Monstruo Terrestre.