NOCHE INVERNAL
Llevo en mis pies el temblor de la tierra la humedad de su llanto en la espalda su frío estertor en la boca del estómago sin nadie en sus calles en sus rincones las luces se apagan en el amanecer nublado entre nimbos desollados. Mil dudas en la cabeza rondan bailando espejos miles caminando la inexistencia que miro y me miran con un desapego de espanto y terror de burla y odio tristeza… Al final son letras, mismas que hablan y no dicen nada en su paralelismo existencial llenando un vacío que cobra vida que arrastra cual río con su ruido de piedras ahogadas sin la esperanza de respirar muertas en su delirio, una bocanada de realidad.