Las miradas nos brindan nuevas perspectivas, cada una con sus particularidades que la hace tan diferentes y a la vez sorprendentemente similares a la nuestra.
Crescentia cujete Del hermoso verde de su voluptuosa lozanía pendían las gotas de lo que fuera una lluvia, la esencia de la vida que fertilizará la tierra… En el Popol vuh, libro sagrado de los mayas Quiché de Guatemala, se cuenta que Ixquic, la hija de Cuchumaquic, uno de los señores de Xibalbá, movida por la curiosidad de conocer el árbol de jícara en el que se convirtió el dios Hun Hunahpú, acude y dialoga con la cabeza que pendía del árbol, esta baña de saliva la palma de la mano de la doncella y es así como concibe a los gemelos legendarios Hunahpú e Ixbalanqué. Cuando su padre se entera, los señores de Xibalbá deciden que debe morir por el agravio cometido al honor de su familia. Mandan a llamar a los tecolotes quienes la llevan con la consigna de traer su corazón en una jícara. La doncella pide clemencia a los tecolotes y estos acceden a dejarla con vida poniendo en la jícara una resina colorada que entregan a los señores, creyendo estos, que la sentencia fue ejecut...
La comunidad de K’antemo’ se encuentra situada en la zona conocida como la sierrita en el Estado de Yucatán. Pertenece a la jurisdicción del municipio de Tekax, Yucatán. Se accede a este sitio por una carretera angosta bien pavimentada, el trayecto dura alrededor de una hora y media. A lo largo del camino se observa un paisaje de cerros verdes y valles cubiertos de maizales. Tiene una particularidad este camino, pues en nuestra ida y vuelta no nos topamos con vehículo alguno a pesar de ser esta la segunda vez que vamos; al respecto nos comentaba Don José Hoil -oriundo de K’antemo’ e incansable defensor de la correcta pronunciación del toponímico- que ese camino fue hecho especialmente para esa comunidad porque no se halla otra población antes ni después de ella. Al llegar, nos dirigimos en busca de los amigos de Don Hoil y así fue como encontramos el lugar donde iba a ser celebrada la ceremonia del Waa...
Antes de tener mis primeros contactos con esta bebida, debo confesar que me entusiasma compartir mis anécdotas, porque las mismas, me han hecho comprender un poco más el pensamiento y costumbres mayas. Soy ferviente estudiosa de los mayas desde que tenía poco más de siete años, hasta ese entonces, todo conocimiento provenía de los libros. Yo misma, soy el resultado de un proceso que lleva más de quinientos años; me apellido Poot, el vestigio de mi vena matrilineal maya; sin lengua, porque desde la generación de mi madre, en su familia no se habla la maya, nuestro último maya parlante fue mi abuelo, con quien pude tener una bonita relación cuando me fui a vivir a Chetumal para estudiar, pude practicar un poco la maya y me ayudó a hacer mis tareas de la Universidad para mi clase de Lengua Maya antes de que perdiera la memoria y falleciera. Reconozco cuatro momentos reveladores en ese trayecto de búsqueda, el momento en que me di cuenta que mi apellido es maya; luego cuando me percat...
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