CACOFONÍA DE UN NOMBRE
Hombre de sal, sal a mirar como se ponen y disponen los besos en soledad. Y con tu mano nómada hallar la llama erguida cediendo sedienta de escupir tu felicidad. Ahogando caricias parcas, tercas hundidas en el sofá que otrora encontraras con una frenética lengua y paladar.